Al terminar de ver esta película quedé temblando, con las emociones a flor de piel, sensación que experimenté por útima vez sólo cuando vi Tren Expreso de Medianoche. Es un filme magistral, mantiene al espectador prendido de la trama y de sus personajes en cada segundo, y cuando pareciera que ha llegado el climax de la historia llega una cima aún más alta... de infarto!
El personaje principal, Bejamín Espósito, encarnado por Ricardo Darín, ha trabajado toda su vida como empleado judicial en un juzgado penal de Buenos Aires y al jubilarse decide escribir una novela acerca de un caso que marcó su vida, sobre un asesinato y violación ocurrido 1974 en el cuál él participó en desde el levantamiento del cadáver, en el procedimiento, su investigación, juzgamiento, etc. , llegando a involucrarse más de lo que se esperaría de un empleado judicial.
La dirección del firme es impecable, narra la historia en una época actual en la que Espósito escribe la novela y revive la historia, y desde los años 70' ambientando las escenas acorde al momento histórico. La escena de la persecución del asesino en un estadio, durante un juego de Racing es espectacular.
La pelicula es un thriller muy bien logrado, y dentro de aquella historia de crimen y sangre se entrama una de amor, no precisamente entre dos personas sino sobre la fuerza del amor, aquel que mueve al viudo a soportar esos años en el recuerdo de su esposa descuertizada, y aquel que lleva a Espósito a seguir galanteando a la misma mujer por más de veinte años.
Más allá de la historia como tal, a mí me ha impactado mucho el filme debido a que como nunca antes lo había visto, retrata la vida en un tribunal penal argentino, que estimo no se diferencia mucho de todos los de latinoamérica. Está el juez, un veterano arrogante y déspota que se limita a hacer su trabajo de forma mecánica, muchas veces sin tener la conciencia de como puede afectar trágicamente en la vida de las personas. El hecho de absolver, condenar, y más aún el hecho de NO hacer, o hacer las cosas de manera muy mediocre hace que cada vez se pierda credibilidad en esta justicia que los humanos creemos que podría funcionar, en esta justicia en la que el aparato judicial se se mueve un metro mientras que el criminal ya va a diez kilómetros.
Como abogada también salta a la vista el sistema inquisitivo que se utilizaba en aquella época, en el que el juez dirigía la investigación y era juez y parte en esta. Luego fuimos adoptando el sistema acustorio en el que se le da al fiscal la potestad de dirigir la investigación penal y el juez quedó como garantista del proceso. El tema de los derechos humanos es ahora irrebatible, intocable y el que se atreva a criticar los derechos del procesado será tildado poco más de nazi... Pero qué pasa cuando el procesado es un violador, asesino, muy inteligente, y además no ha dejado rastros de su paso en la escena del crimen? Acá sucedería lo siguiente: Este nunca hubiera sido arrestado, ya que aquellos meros indicios no logran destruir su presunción de inocencia; él tendría derecho a su abogado, con quien hablaría por horas arreglando la estrategia así que le recomendaría que guardara silencio; por falta de pruebas quizá ni siquiera hubiera sido imputado, y en el caso de que sí se lo imputase este estaría máximo un año en la prisión y fuera; en caso de que en menos de un año se hubiera realizado su audiencia de juzgamiento, no hubieran existido pruebas legalmente practicadas, por lo tanto administrando justicia en nombre de la república y por autoridad de la ley, se lo ha declarado inocente.... Y no seguiremos encomendando a los santos y a la justicia divina.
Bien merecido el Oscar como mejor película extranjera. Para mi esta ha sido la mejor película que he visto en años.
El personaje principal, Bejamín Espósito, encarnado por Ricardo Darín, ha trabajado toda su vida como empleado judicial en un juzgado penal de Buenos Aires y al jubilarse decide escribir una novela acerca de un caso que marcó su vida, sobre un asesinato y violación ocurrido 1974 en el cuál él participó en desde el levantamiento del cadáver, en el procedimiento, su investigación, juzgamiento, etc. , llegando a involucrarse más de lo que se esperaría de un empleado judicial.
La dirección del firme es impecable, narra la historia en una época actual en la que Espósito escribe la novela y revive la historia, y desde los años 70' ambientando las escenas acorde al momento histórico. La escena de la persecución del asesino en un estadio, durante un juego de Racing es espectacular.
La pelicula es un thriller muy bien logrado, y dentro de aquella historia de crimen y sangre se entrama una de amor, no precisamente entre dos personas sino sobre la fuerza del amor, aquel que mueve al viudo a soportar esos años en el recuerdo de su esposa descuertizada, y aquel que lleva a Espósito a seguir galanteando a la misma mujer por más de veinte años.
Más allá de la historia como tal, a mí me ha impactado mucho el filme debido a que como nunca antes lo había visto, retrata la vida en un tribunal penal argentino, que estimo no se diferencia mucho de todos los de latinoamérica. Está el juez, un veterano arrogante y déspota que se limita a hacer su trabajo de forma mecánica, muchas veces sin tener la conciencia de como puede afectar trágicamente en la vida de las personas. El hecho de absolver, condenar, y más aún el hecho de NO hacer, o hacer las cosas de manera muy mediocre hace que cada vez se pierda credibilidad en esta justicia que los humanos creemos que podría funcionar, en esta justicia en la que el aparato judicial se se mueve un metro mientras que el criminal ya va a diez kilómetros.
Como abogada también salta a la vista el sistema inquisitivo que se utilizaba en aquella época, en el que el juez dirigía la investigación y era juez y parte en esta. Luego fuimos adoptando el sistema acustorio en el que se le da al fiscal la potestad de dirigir la investigación penal y el juez quedó como garantista del proceso. El tema de los derechos humanos es ahora irrebatible, intocable y el que se atreva a criticar los derechos del procesado será tildado poco más de nazi... Pero qué pasa cuando el procesado es un violador, asesino, muy inteligente, y además no ha dejado rastros de su paso en la escena del crimen? Acá sucedería lo siguiente: Este nunca hubiera sido arrestado, ya que aquellos meros indicios no logran destruir su presunción de inocencia; él tendría derecho a su abogado, con quien hablaría por horas arreglando la estrategia así que le recomendaría que guardara silencio; por falta de pruebas quizá ni siquiera hubiera sido imputado, y en el caso de que sí se lo imputase este estaría máximo un año en la prisión y fuera; en caso de que en menos de un año se hubiera realizado su audiencia de juzgamiento, no hubieran existido pruebas legalmente practicadas, por lo tanto administrando justicia en nombre de la república y por autoridad de la ley, se lo ha declarado inocente.... Y no seguiremos encomendando a los santos y a la justicia divina.
Bien merecido el Oscar como mejor película extranjera. Para mi esta ha sido la mejor película que he visto en años.