
A pesar de que tengo más de dos años de abogada, nunca había visitado la Penitenciaría (La Peni). Después de haber visto películas como Carandiru o Tren Expreso de Media Noche ya me había hecho de la idea de que aquel lugar debía ser lo más parecido al infierno en la tierra. Había pensado que la primera vez que la visite iría forrada de los pies a la cabeza, y hasta con burka si era posible, para evitar miradas depravadas o incluso algún ataque.
El día de hoy llegué a mi trabajo vistiendo una falda, y hasta había con mi cabello cepillado ya que tendría un evento por la tarde. Lo primero que me dijeron fue: Alístate que tenemos que ir a la Peni. Pe-pe-pe-pero nadie me había dicho! Mmm... usted ha venido muy arregladita el día de hoy eh, pero no se preocupe que tendrá protección. Sin más drama acaté las órdenes.
Y así, llegué a La Peni justo el día de visitas navideñas. Recordé lo que me dijo una jueza alguna vez: Cuando hay un preso siempre hay una mujer preocupada y pendiente: la hija, la madre la novia, la esposa, etc. Y así fue, cientos de mujeres haciendo fila esperando el chequeo de rigor para entrar a desear una "feliz navidad" a su padre, esposo, novio, hijo... Ahí estaban los pabellones y los presos asomados detrás de las rejas de cada uno de estos. Era día de fiesta así que la música sonaba alto, y el ambiente estaba más tranquilo que de costumbre. Esperando realizar la diligencia prevista, recibimos noticias de que por algún imprevisto esta no se podía llevar a cabo, así que mi estancia en ese lugar fue más corto de lo que esperaba.
Mientras esperaba frente a los pabellones, una abogada de esas sabidas y entradoras se acercó a conversar con nosotros. Seguro se dio cuenta que era novata en este lugar, así que sin preguntarle nada me dijo que no tuviera miedo de los presos, que ella ha entrado incluso en la noche a dejar unas medicinas y no le había pasado nada: "Si los tratas como animales te va a ir mal, trátalos como lo que son: personas". Recordé a Soledad Rodríguez, mujer valiente que dirigió este centro penitenciario (el más grande del país) por varios años, en los cuales fue muy querida por los presos. Se dice que la asesinaron por no acceder a peticiones que envolvían actos de corrupción de mafias que existen adentro.
También recordé a una buena amiga que es defensora pública. Se conoce La Peni como si fuera su casa, muchos de los reclusos la tratan como "panita", saben que ella está ahí para defenderlos. Algunas veces me había invitado a un "tour" pero nunca acepté. Hace poco le hicieron secuestro express, y me contaba la ironía de la vida ya que ellos se acordaban de ella. Al final se reían con ella y hasta anotaron su número para que los defienda cuando tengan problemas. Del robo no escapó.
Las causas de la inexistencia de la rehabilitación de los presos es un tema muy extenso que no trataré acá. Lo único que me queda de lección de este día es que así como se trata a los pandilleros, con garrote y mano dura, como animales, de esta forma se trata a los presos. Que pasaría si existiera otra Nelsa Curbelo en la Peni? Por mi parte perdí el miedo que tenía de solo escuchar "La Peni", y me he quitado algo de los prejuicios que tenia. En quince días quizá deba volver, iré con resguardo pero sin el miedo que sentía hasta hoy. Al fin, como decía Dostoevsky, "las cárceles son el reflejo de una sociedad", y así como está la nuestra esta seguirá siendo el infierno en la tierra.
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