
Esta semana me ocurrió un "momento Daria" en el trabajo. Estaba yo realizando mis tareas habituales, cuando el tema de conversación en el ambiente trataba sobre los hijos, entonces una de mis compañeras dijo "oh, tener un hijo es lo mejor que le puede pasar a una, es tener por quien vivir, es tener razón para vivir", entonces pensé en voz alta sin percatarme que todos ya habían callado, y cual episodio del chavo gritando maestro longaniza, retumbó en el lugar el comentario más ácido que me he lanzado aquí "Uf, entonces yo me tengo que suicidar nomás!", y cuando levanté la mirada, ya tenía a diez mujeres clavándome las intensas, a lo que sólo pensé "di algo inteligente, di algo inteligente!!!!", así que con la lengua trabada solo atiné a desembarrarla diciendo "sí, debe ser una experiencia maravillosa ser madre, pero se vive por muchas mas razones, no?".... hmmm... no, tema terminado, no safé de nada.
Todos me dicen que pienso de esa forma porque aún no soy madre, pero quiero pensar que aún cuando lo sea seguiré con las mismas convicciones. En Brahmakumaris aprendí que el primer vicio con el que debemos de luchar es el apego, tanto a las personas como a lo material. Existen muchísimos apegos con los que no me interesa luchar, porque tampoco me quiero volver una insensible ante los problemas de mi familia, mi pareja, y las personas que amo. En todo caso, eso de que un hijo sea la razón de vivir de una mujer, no lo comparto. La maternidad es algo maravilloso, y aunque no la he experimentado en carne propia, debe traer mucha felicidad y plenitud, pero no creo que se deba volver el centro de la vida de una mujer.
Hace algunos meses, me topé con una mujer de unos sesenta años aproximadamente, quien trabajaba como amanuense en la Corte. Todos los días la veía vestida de negro, y su semblante reflejaba infinita tristeza, y claro, los usuarios eramos los que pagabamos su mal humor. Un día traté de entablar una conversación con ella, y le pregunté por sus hobbies, sus intereses, a lo que friamente respondió que no le interesaba nada, que desde que su hijo murió ella se quería morir, y que pensaba todos los días por qué él no se la llevó con él. No sabía que decir, pero solo atiné a decirle que donde sea que el estuviera, a él no le gustaría verla así, sino que le encantaría verla feliz y con muchas ganas de vivir. Ella casi estalla en lágrimas, pero se aguantó y hasta le pude arrancar una sonrisa.
Ojalá todas las personas, hombres y mujeres, vivieramos con la firme convicción de que estamos acá desarrollar todas nuestras aptitudes, motivaciones internas, teniendo como finalidad servir a los demás. Que el amor sea el motor que nos mueva, empezando por amarnos a nosotros mismos, pero esto no sucederá cuando estemos llenos de frustraciones. Los hijos no deben ser la único que nos mueva, hay muchas más razones en esta vida para ser felices.
Todos me dicen que pienso de esa forma porque aún no soy madre, pero quiero pensar que aún cuando lo sea seguiré con las mismas convicciones. En Brahmakumaris aprendí que el primer vicio con el que debemos de luchar es el apego, tanto a las personas como a lo material. Existen muchísimos apegos con los que no me interesa luchar, porque tampoco me quiero volver una insensible ante los problemas de mi familia, mi pareja, y las personas que amo. En todo caso, eso de que un hijo sea la razón de vivir de una mujer, no lo comparto. La maternidad es algo maravilloso, y aunque no la he experimentado en carne propia, debe traer mucha felicidad y plenitud, pero no creo que se deba volver el centro de la vida de una mujer.
Hace algunos meses, me topé con una mujer de unos sesenta años aproximadamente, quien trabajaba como amanuense en la Corte. Todos los días la veía vestida de negro, y su semblante reflejaba infinita tristeza, y claro, los usuarios eramos los que pagabamos su mal humor. Un día traté de entablar una conversación con ella, y le pregunté por sus hobbies, sus intereses, a lo que friamente respondió que no le interesaba nada, que desde que su hijo murió ella se quería morir, y que pensaba todos los días por qué él no se la llevó con él. No sabía que decir, pero solo atiné a decirle que donde sea que el estuviera, a él no le gustaría verla así, sino que le encantaría verla feliz y con muchas ganas de vivir. Ella casi estalla en lágrimas, pero se aguantó y hasta le pude arrancar una sonrisa.
Ojalá todas las personas, hombres y mujeres, vivieramos con la firme convicción de que estamos acá desarrollar todas nuestras aptitudes, motivaciones internas, teniendo como finalidad servir a los demás. Que el amor sea el motor que nos mueva, empezando por amarnos a nosotros mismos, pero esto no sucederá cuando estemos llenos de frustraciones. Los hijos no deben ser la único que nos mueva, hay muchas más razones en esta vida para ser felices.
9 comentarios:
Lo que dices es muy cierto. En el cuarto del bebé de una amiga vi una vez un poema muy sabio al respecto que decía, entre otras cosas, que los hijos no son de uno sino del mundo.
Ahora, del dicho al hecho hay mucho trecho. Para ti, que no tienes ningun hijo aún, puede resultar muy fácil decir que los hijos no deban ser la única razón de vivir de una persona en el mundo. Eso sería lo ideal. Pero yo creo que eso es algo bien difícil de lograr. Para muestra un botón. Mira a tu alrededor. Cómo se sentirían tus padres si te llegase a pasar algo a ti?
Fíjate que ahora con el nacimiento de Santiaguito me he dado cuenta más que nunca de lo importante que es un bebé para sus padres. Antes era para mí algo tan obvio, tan natural que un niño naciera después de los nueve meses y estuviera sano, como ha sucedido con mis otras sobrinas. Al ver lo que sufre Valeria viendo a Santiaguito en la unidad de cuidados intensivos me doy cuenta de lo duro que es eso para una madre. Pero es lógico. Ese es el fruto de sus entrañas. Lo ha tenido consigo 9 meses. De ahí que exista un vínculo emocional tan fuerte.
Saludos!
Micaela
Yo creo en las generaciones como una canciòn de Silvio, es difìcil que no sea el ùnico motivo, en efecto "es el mejor motivo" talvez, creo que mis padres y mis abuelos son gente inmortal, que lo persigue a uno, y yo que he hecho de todo para que me olviden ja! conozco a un montòn de ovejas negras! que al final me salen con alguna frase ¿chuta ni sabes despuès de todo quièn apareciò? mi papà o alguna que me dijo : mi mamà creo que va a cumplir la promesa de ya no hablarme y en ese instante zas ! llama! Es difìcil creer en la maternidad ara nosotras, muy difìcil. Pero creer en la vida y en los propòsitos imposibles, en eso que la gente ve descartado o que lo ves negado para tì mismo,eso es lo que seguro te va a satisfacer, del mundo, de este fuking mundo imposible esperar algo, es lo que creo. Yo por ejemplo quisiera tener unos cuatro, ojalà de progenitores distintos jajajaja ( mi abuela me mata)
Besos
estuvo bien!
Gracias, gracias por sus comments!
Mica: Pos claro que se debe luchar por la salud, por el bienestar, por la felicidad de los hijos, pero que eso se convierta en el único motor de tu vida? a eso es lo que me refiero.. TIENE que haber más!!, mucho más debe ser lo que nos mueva, lo que nos inspire, lo que nos haga felices.
Amanda: Yeeiii los propositos imposibles! Que le vaya bien con sus cuatro maridos jaja!
yo de casi adolescente le recité ese poema de Kalil Gibran a mi mamá, casi llora, o lloró...
a mis hijas las adoro con mi vida... no te sabría decir si me he librado de ese sentido de pertenencia, mas bien las veo como un proyecto... no se...
La vida no puede agotarse en servir a los demás, sea quien sea. Eso posibilitaría, al final, que existe un amo y un siervo. Y como apuntaría el bueno de Nietzsche, reflexionando sobre algunos tópicos cristianos y budistas, también existe un sentido de propiedad por la persona a la que decimos compadecer, a saber, el que esa persona no pueda prescindir de "nuestro servicio".
Si existe un tipo de moral privado que pueda ser más válido que otro (y esto ya es discutible de por sí)es la que permite al individuo cultivar su libertad, y como condición óntica del ser indivisible, posibilitar que todos aquellos que nos rodean sean libres también.
Recien me puedo sentar a escribir algo acá. Thiago, confundes servicial con servil. Ser servil es denigrante, es como tu dices ser un siervo, no se lo hace de corazón, o es una imposición o es una acto no sincero.
AL contrario, el servicio que se da al prójimo de corazón, sabiendo que tu ayuda hace a otro más feliz, es otra cosa, llena de mucha satisfacción. El servicio espiritual, ayudar a las personas a elevar conciencia, a vivir de forma sana (cuerpo y mente), a solucionar confictos, llena muchisimo.
Automata: cual poema?
Un artículo muy acertado, PrincesaQuil.
Puede ser tan digna la elección de ser madre como la de no serlo.
Cada mujer es soberana, en ese sentido, y no debería actuarse por apego o por coacción social. Estoy totalmente de acuerdo contigo.
¡Saludos!
Bueno, precisamente, porque "llena muchisimo" al final, uno solo puede servirse a si mismo (voluntad) o para decirlo de un modo mas grato, servir a "su propio ideal".
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