
El día de ayer salía de mi trabajo a la hora del almuerzo, cruzaba la misma calle de todos los días, la misma plaza, los mismos locos sentados en las bancas, la misma iglesia, sin embargo esta vez se encontraba repleta de feligreses que entraban y salían ya no con aquella mirada de pesar, de pecadores arrepentidos, de mendigos de milagros, no, esta vez salían sorientes, con un aura ciertamente luminosa, por lo que inquieta pregunté a qué se debía, quién o qué encendía esa luz en ellos, encontrándome con la noticia que se celebraba el día de San Fracisco de Asís, patrono de aquella iglesia.
Una vez adentro de la iglesia, experimenté una sensación de infinita paz, confraternidad, amor. Eran los últimos quice minutos de misa presidida por sacerdotes dominicos, ofrecida en honor al natalicio de San Franisco de Asís, quien goza de mi simpatía y hasta devoción. Neófita en temas de sant@s, beat@s, y demás ídolos cristianos, me enternece hasta las lágrimas lo poco que conozco de este santo, sobre su vida austera y desprendida de posesiones materiales, sobre el respeto a los animales a quien trataba como hijos de Dios, y en general una conciencia elevadísima respecto a a los seres vivos que habitan este mundo.
En estos días turbulentos, son necesarias no una, sino muchas misas en honor al santo de la paz. Al final de esta, el sacerdote pidió precisamente por la paz en nuestro país, algo que tanto se necesita, pidió seguir las enseñanzas de este santo, los devotos se alegraron, alzaron las manos y gritaron fuerte Viva San Francisco de Asís!. En la tarde se llevaría a cabo la tradición de esta fecha (que ahora conozco) de bendecir a los animales, plantas y semillas.
Es ahora cuando encuentro misticismo en esta Plaza San Francisco, no ha sido casualidad que tantas palomas caminen por decenas, alegremente y sin miedo, pues resulta que cada iglesia franciscana es imán de estas, debido al amor de su patrono por los animales. Al parecer, esta señorita ya tiene santo de su devoción ...
Una vez adentro de la iglesia, experimenté una sensación de infinita paz, confraternidad, amor. Eran los últimos quice minutos de misa presidida por sacerdotes dominicos, ofrecida en honor al natalicio de San Franisco de Asís, quien goza de mi simpatía y hasta devoción. Neófita en temas de sant@s, beat@s, y demás ídolos cristianos, me enternece hasta las lágrimas lo poco que conozco de este santo, sobre su vida austera y desprendida de posesiones materiales, sobre el respeto a los animales a quien trataba como hijos de Dios, y en general una conciencia elevadísima respecto a a los seres vivos que habitan este mundo.
En estos días turbulentos, son necesarias no una, sino muchas misas en honor al santo de la paz. Al final de esta, el sacerdote pidió precisamente por la paz en nuestro país, algo que tanto se necesita, pidió seguir las enseñanzas de este santo, los devotos se alegraron, alzaron las manos y gritaron fuerte Viva San Francisco de Asís!. En la tarde se llevaría a cabo la tradición de esta fecha (que ahora conozco) de bendecir a los animales, plantas y semillas.
Es ahora cuando encuentro misticismo en esta Plaza San Francisco, no ha sido casualidad que tantas palomas caminen por decenas, alegremente y sin miedo, pues resulta que cada iglesia franciscana es imán de estas, debido al amor de su patrono por los animales. Al parecer, esta señorita ya tiene santo de su devoción ...
5 comentarios:
hola, soy luis liriano editor genral de un blog de republica dominicana, me tomo estas lineas para felicitarte por tu portal esta muy bien extruturado te invito a seguir adelante eres muy exente con tus comentarios.
Una rara joya de la iglesia catolica, muy buen articulo.
Oh, gracias por la publicación :)
Muy bello y resulta que San Francisco es uno de los santos mas grandes de la iglesia no es que todos no sea sino que es especial en algun sentido no en vano su orden lleva cerca 800 años,xcierto notaras cuan bello es seguir su ejemplo.Buen dia
Pues yo sí sigo su ejemplo, aún sin saber que lo hacía. Quisiera pensar que él era vegetariano, pero al final no importa tanto, sino su legado, el amor a la naturaleza, el hecho de seguir al pie de la letra ese mandamiento de amar a tu prójimo, al cual se debería agregar, sea cual sea su condición.
Un abrazo
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